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LA SOLEDAD, EL PASO DEL TIEMPO, LA MUERTE. HUMBERTO RIVAS

El centro cultural La Nau (Universitat de València – Estudi General) presenta la muestra retrospectiva Humberto Rivas, 1937-2009 en colaboración con la Fundación Mapfre.

Era de Buenos Aires, como su colega Horacio Coppola. De Buenos Aires afincado en Barcelona, como el rumbero Gato Pérez. Humberto Rivas llegó a Barcelona en 1976. En la ciudad condal vivió hasta el final de sus días. Antes de llegar desde su país de origen había trabajado como publicitario (lo que luego se dio en llamar diseño gráfico) y hecho sus pinitos en la pintura.

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Humberto Rivas. María 1978

Al también fotógrafo y amigo Manolo Laguillo le dirá que “a causa de mi fanatismo con las películas de Ingmar Bergman, me empieza a interesar la fotografía”. Un interés que irá in crescendo y que ya no podrá dejar, cultivándola para sí y para otros en estudios como el de Lluís Blanc, donde trabajó en la década de 1990.

La fotografía era, para Rivas, el medio de expresión total. Y la creación de imágenes, de fuertes contrastes, de marcados juegos de luces y sombras, su objetivo. De nuevo a Laguillo: “No me gusta que se me considere un retratista, o un paisajista, o un bodegonista. Lo que soy es un fotógrafo”.

Un fotógrafo que bebe, cómo no, de las fuentes de la Historia del Arte: la pintura barroca (y sus obvios y muy marcados contrastes lumínicos), Albrecht Dürer, Egon Schiele. Verbigracia. Que de un modo u otro aparecen en sus retratos (no tanto, pero también, en los de Jorge Luis Borges); en las arquitecturas (en las de Giorgio Grassi y Juanjo Estellés del Campus de Tarongers; en las de la Barcelona preolímpica) o en sus crucifixiones, suerte de ensayo en torno a la construcción de la propia imagen.

Pep Benlloch refiere en el texto que escribe para el catálogo que acompaña la muestra que la fotografía de Rivas contiene un elemento poético importante. Una fotografía que se inserta de este modo en la fórmula clásica del ut pictura poesis. O que, en su lado más barroco, remite a la pintura de vanitas: el paso del tiempo, la soledad, la muerte, ay, la muerte. Los grandes (o algunos de ellos) temas. Que seguirán siéndolo, pese a las obstinadas (y cansinas) actualidades. Tal que las noticias del periódico: puro presente, pura nada.

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Humberto Rivas. Violeta la Burra y su madre, 1978, fotografía a las sales de plata, 30 × 30 cm.

 

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Humberto Rivas. Violeta La burra 1978

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Humberto Rivas

Humberto Rivas.

Humberto Rivas. Centro cultural La Nau

Centro cultural La Nau. València.
Hasta el 15 de septiembre de 2019
www.uv.es/cultura

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