Si te pones heavy, escupo fuego, me hierve la sangre, me altero. Si juegas grunge, no entiendo el juego, me sacas los cuernos, me cabreo. Si protestas con punk, echo chispas me enciendo, me quemo. Si gritas tanto me pongo hardcore, me irrito, me enfado, me enervo.

Desayuno, entre nubes de algodón de azúcar: una casita de chocolate caliente, cuentos de milhojas y medialuna creciente. Un tú y yo, en esta mañana clara a punto de nieve: cabello de ángel batiente, cucharaditas de miel de luna y un corazón crujiente. 

Como un libro abierto te cuento mi vida. Abro puertas y ventanas de par en par. Ves a través de mí. Cuerpo transparente como el cristal. 

Amigos de los museos. Nos gusta dibujarte y pintarte. La sonrisa. Asiduos al parque. Nos gusta mimarte y columpiarte. El corazón. Amantes de los viajes. Nos gusta pasearte y mostrarte. El paisaje. Fieles a los amigos. Nos gusta abrazarte y regalarte. La imaginación. 

En nombre de un amo. Desterrados del paraíso por delito de insumisión. En nombre del progreso. Despedidos del trabajo por una maldita reconversión. En nombre de la crisis. Desalojados de su casa por un siervo especulador. En nombre del dinero. Destinados a ser pobres aún siendo ricos en pundonor.