VIAJE INICIÁTICO A LA ABSTRACCIÓN
Mi vicio confesable es aprender y el más obsesivo de los confesables es aprender a enseñar. Enseñar que no educar. Las palabras son importantes, están llenas de poder y a veces olvidamos su carga conceptual y emocional. Lo mismo ocurre con el lenguaje visual, las líneas, colores, las imágenes y la palabra hecha tipografía.