ALEJANDRO Y MARÍA LAURA. Bajo el cielo azul de marte.
Dos en la carretera. hasta el fin de la eternidad. En “paracaídas”, novios en la carrera, compañeros de vuelo en salto mortal. En “fiesta para los muertos”, contrayentes de un compromiso con la vida. Y cuando “la casa no existe”, pareja de baile ancestral. La extraña pareja. sin uniformes. Saltando de tronco en tronco, mientras sigue sonando el mismo vals. Dos nombres entrelazados y una conjunción copulativa. Encuentro de dos mundos. dos amantes.