La Caja Negra (Madrid) presenta “The Raft of the Medusa” de Jonathan Hammer. En ella, el artista insiste en desatar las ataduras típicas del grabado y de la cerámica permitiendo combinaciones brillantes surgidas de la libertad técnica. En 1819, La Balsa de la Medusa, la conmemoración de Géricault de un famoso desastre, causó gran revuelo y escandalizó al público por su realismo, por la fuerza de su composición y por la putrefacción anatómica de los cuerpos representados. En esta obra maestra del Romanticismo, el pintor capta el momento de máximo contraste entre el horror puro de los náufragos y la esperanza lejana de una vela en la distancia. Contemplamos la belleza carnal de los cuerpos mezclada con la repulsión de la carne en descomposición y que remite a la antropofagia que surge de la catástrofe: el canibalismo…
La Medusa, el monstruo de cabello rizado, encaja perfectamente en el uso que Jonathan Hammer hace de la figura del pulpo como sustituto de su autorretrato. La efigie de esta Gorgona en la antigua Grecia, una imagen que adornaba los templos y los escudos de los héroes, encarna una inversión simbólica: protege contra el hechizo que ella misma lanza, o al contrario convierte en piedra a quien la mira. La suya es a la vez una figura apotropaica y una maldición, donde es su propia imagen reflejada en el escudo de Perseo el arma que la destruye. ¿Y no es esa justamente la principal atracción del arte? Mirar y ser visto La escalofriante amenaza de un peligro que se convierte en victoria.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.
La obra de Jonathan Hammer en La Caja Negra se inspira en estas fuentes históricas a la vez que incorpora preocupaciones contemporáneas. Su nueva obra gráfica y sus esculturas de cerámica son instrumentos de representación que arrojan luz sobre un mundo oculto, teñido por la transformación, por la infinita riqueza de lo minúsculo y por la ambivalencia de las formas. La presencia del peligro (el brazo de un nadador en uno de los grandes grabados, recuerda un horrible accidente de buceo que el artista sufrió hace 20 años) se ve reflejada como una exploración interior. Los encantos acuáticos coexisten con los monstruos a través de formas fantásticas e inquietantes.
Sus grabados muestran un mundo compuesto por complejas capas microbianas rabiosas, al tiempo que ofrecen una especie de belleza marina aleatoria y vívida. El uso que hace Hammer del grabado y el collage sobre monotipo, le permite realizar variaciones individuales que asemejan al oleaje y el reflujo del mar. Los restos del naufragio están por todas partes, pero también una especie de anhelo heroico.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.

Jonathan Hammer. “The Raft of the Medusa” Galería La Caja Negra.