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¿DÓNDE ESTÁN LAS PESCADORAS?


Durante unos 750 años, el privilegio de pescar en el palmar estaba reservado exclusivamente a los hombres, que sólo heredaban el derecho de padres a hijos. En 1999, cinco mujeres lucharon por su derecho a pescar oficialmente en l’Albufera por primera vez y formar parte de la comunidad pesquera. Aunque éste fue el primer éxito en el camino hacia la igualdad, hubo que esperar hasta 2008 para que la primera mujer pudiera echar las redes. 

El Palmar es una isla rodeada por l’Albufera y hasta 1940 sólo se podía acceder a ella en barco. Es principalmente rural y está situada a orillas del parque natural, ecosistema de muchas especies.

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Carmen Serrano la “Líder” de la revolución de las pescadoras. Foto: © Marie Gemeiner

Para explorar la estructura social del Palmar y sus pescadores y pescadoras, hay que abordar el entorno de l’albufera y su naturaleza. Con 2100 hectáreas, el tamaño del lago es equiparable a la ciudad de Valencia, alcanzando una profundidad de unos 1,5 metros. Alimentado por los ríos Júcar y Turia, el agua dulce permite el cultivo de arroz y una especial biodiversidad de peces y aves. Miles de pájaros voladores se reúnen allí cada año para alimentarse, aparearse y reproducirse. La ciudad y la carretera cercanas son señaladas repetidamente como una amenaza para este sensible ecosistema. A su vez, el entorno cambia constantemente debido a la agricultura y los sistemas resultantes de canales y esclusas que descargan agua en el mar según la temporada y la cosecha.

Lo que llama la atención del Palmar es cómo se integra discretamente en el entorno natural. Este pequeño pueblo, de sólo 800 habitantes, se oculta entre los campos de arroz y el lago de l’Albufera. Las pocas calles del pueblo están densamente pobladas con pequeñas casas y restaurantes ubicados entre los canales donde operan los barcos. Además de las familias y los abuelos que se reúnen en pequeños grupos de sillas frente a las casas, cientos de turistas se suman cada fin de semana para realizar paseos en bote por el lago, degustar las especialidades locales y contemplar los espectaculares atardeceres.

Aunque el pueblo está oficialmente bajo la jurisdicción del Ayuntamiento de Valencia, durante siglos muchos asuntos internos han sido gestionados por la comunidad de pescadores. El consejo del pueblo consta de una junta directiva y una junta asesora de 12 miembros, que representan a la comunidad y determinan las cifras anuales de captura de peces.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

El derecho a pescar se remonta a un real decreto del siglo XIII dictado por Jaume I donde -como única comunidad pesquera de l’Albufera- se le concedía a El Palmar una licencia para pescar desde lugares fijos. Otra ordenanza fue decretada por el rey Pedro I, que en 1283 dispuso que cada año se eligieran “cuatro hombres honrados” de la comunidad para planificar los distritos de pesca. Con esta ordenanza, los pescadores de l’Albufera recibieron el privilegio de la autorregulación. El consejo del pueblo aún asigna mediante sorteo lugares de pesca fijos cada temporada, que luego pueden usar los miembros registrados. Hay reglas estrictas que deben cumplirse. Por ejemplo, la pesca en lugares oficialmente prohibidos o la pesca en otra zona distinta a la asignada se sancionan con la retirada del derecho de pesca estacional. La tradición de la comunidad pesquera estipulaba que sólo los hombres que fueran hijos de marineros podían formar parte de la comunidad pesquera en aguas de l’Albufera. Finalmente, cinco mujeres decidieron que querían romper con esta tradición y convertirse también en miembros de pleno derecho de la comunidad. En 1999, después de varios años de lucha, se les permitió el ingreso a la comunidad de pescadores por primera vez. Aunque este éxito fue el inicio del camino hacia la igualdad, sería hasta 2008 cuando la primera mujer pudo echar sus redes en l’Albufera.

Esta historia no sólo trata de la igualdad entre mujeres y hombres, o de la discriminación del sexo femenino… supone también la participación en la economía de l’Albufera y la consiguiente independencia de las mujeres.

En mi primera interacción con la comunidad pesquera local, dije en mi español entrecortado “Me gustaría hablar con una pescadora, ¿dónde puedo encontrarla?” y enseguida noté que mi solicitud no fue bien recibida. Las respuestas fueron bastante malhumoradas o simplemente me negaron la existencia de pescadoras. Confundida, empecé a preguntar por los pescadores, con sustantivo masculino. Así me fui acercando poco a poco al asunto, ya que la comunidad está muy orgullosa de sus pescadores (con sustantivo masculino). Como el pueblo es muy pequeño, después de media hora todos sabían quién era yo y qué buscaba, lo que en cierto modo me facilitó la búsqueda. Una mujer se me acercó y señaló a un hombre que parecía ser un pescador. Vicente, un pescador y guía turístico me ayudó en mis primeras interacciones con El Palmar y su comunidad pesquera. Finalmente, me presentó a Carmen Serrano, Teresa Chardi y Elena Marco, quienes me contaron todo, desde el comienzo de la revolución de los pescadores hasta nuestros días. Ingeniosas, inteligentes e irónicas, me contaron las historias que aquí transcribo.

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Carmen Serrano la “Líder” de la revolución de las pescadoras. Foto: © Marie Gemeiner

CONVERSACIÓN CON CARMEN SERRANO, LA “LÍDER” DE LA REVOLUCIÓN DE LOS PESCADORES. TIENE AHORA 63 AÑOS Y ES PROFESORA DE PRIMARIA. LE HUBIERA GUSTADO SER PESCADORA, PERO DURANTE MUCHO TIEMPO NO FUE POSIBLE.

Carmen: Ha habido mucho flujo de información, muchas cosas escritas, a veces sin pedir nuestra opinión, a veces interpretaciones equivocadas de nuestras palabras… entonces yo siempre estaré dispuesta a dejar las cosas claras. Siempre hemos estado dispuestas a conversar con las personas que se han interesado en esto y, básicamente, queremos cerrar este tema.

Durante años estuvo prohibido que las mujeres pescaran en El Palmar, ¿por qué? Dijo el rey Don Jaume que era para los hombres, era la tradición, las mujeres tenían que quedarse en casa y no podían heredar ni pasar el derecho. Era un derecho heredado de padres a hijos, y así lo siguió la Comunidad de Pescadores, desde 1250 hasta que dijimos “basta”. Cuando una mujer enviudaba intentaban ayudarla permitiéndole participar en la rifa y alguien podía pescar por ella, pero nunca la mujer misma. Las viudas sólo tenían acceso al último pescador que subía en la rifa, él era quien pesaba el pescado que pescaban los demás. En las temporadas en que había que pescar mucho, sí iban algunas mujeres a ayudar a pesar los peces, pero nunca podían pescar. Ellas eran las que cosían las redes en casa y cuidaban de la familia, pero nunca conseguirían un reconocimiento por su trabajo. Eran sexistas y patriarcales.

Teresa Chardí fue una de las primeras mujeres que quiso pescar. Fue la primera que dijo “Quiero cambiar algo”. ¿Qué pasó después? Ella siempre dijo que quería ser pescadora pero no podía por ser mujer. Ella quería preguntar años antes de que empezáramos, pero siempre le decíamos “No, Tere, no. Éste no es el momento para hacerlo”… hasta 1994, cuando dijo que iba a preguntar y la mayoría estuvimos de acuerdo. Algunas mujeres estaban en contra de nosotras diciendo “eso no es posible, está bien como está ahora”, “Deberíais haberos casado con un pescador”. Aquí, si te casabas con un pescador, tenías una vida mejor. Mi padre no era uno. Si no eras la hija de un pescador ni estabas casada, no eras importante, eras una inadaptada. Mi abuela no podía heredar el derecho a pescar porque era mujer, así que no podía darle ese derecho a mi padre.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

1999 fue un año importante para las mujeres. ¿Qué pasó después de la demanda? Fue importante porque no hubo rifa por la demanda de ese año. Todos los años decíamos que queríamos participar, así que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dijo “Si no vais a hacer el sorteo yo lo haré, y lo haremos con igualdad”. Eso no nos gustó porque queríamos hacerlo en El Palmar y ser parte de la comunidad, pero empezamos a pescar porque el ayuntamiento hizo la rifa. Nos unimos como grupo. Había 173 personas listadas en la rifa. No sabemos cómo se hizo pública la lista pero desde entonces no nos permitieron entrar a muchos lugares en El Palmar. No nos gustó porque había mucha información personal en esa lista. Rita dijo “El que no se registre no podrá pescar”. Muchos hombres no se registraron y así se hizo la asociación de “Mujeres Independientes”. Fueron a hablar con Rita y le dijeron que mucha gente necesitaba pescar o se morirían de hambre, por lo que Rita decidió que todos podían pescar. El 9 de octubre fuimos a pescar, no teníamos muchas redes. Siempre íbamos los viernes por la noche porque trabajábamos todos los días de la semana. En febrero de 2000 hubo un juicio porque una mujer me acusó de agresión violenta, que se inventó. Después de eso, muchas mujeres se me acercaron para decirme muchas cosas malas. Un hombre compró nuestro pescado y cuando la gente se enteró lo demandaron y lo amenazaron. Ese año había un hombre que no podía pescar porque estábamos pescando en esa zona, así que vino a escondidas. El viernes llegamos con nuestros esposos y de repente mi esposo dijo que teníamos que irnos porque había un hombre pescando. Pero las mujeres no nos fuimos. Subimos al coche con las luces apagadas y nos quedamos allí esperando a ver quién era la persona que estaba pescando en nuestro lugar, lo vimos y nos fuimos. Desde ese momento, a causa de la demanda, empezaron a amotinarse contra nosotros. Ojalá pueda terminar rápido el libro que estoy escribiendo porque los jóvenes del Palmar no tienen idea de todo esto.

¿Qué otros obstáculos encontraron cuando luchaban por ser iguales? Los mismos que hay en una sociedad patriarcal donde los hombres gobiernan sobre las mujeres y los hombres siempre son los primeros. Además, fue triste que muchas mujeres estuvieran en nuestra contra, sin entender que el problema era de todas y que estábamos luchando por todas. Cuando mis hijas tenían 8 y 9 años, veían a la gente insultarnos desde el balcón. Eran pequeñas pero podían notar lo que estaba pasando. Las mujeres hicieron otra asociación contra nosotras para defender a los hombres. Lo curioso es que por eso entraron en la sociedad de pescadores mucho antes que nosotras. También es cierto que las dejaron entrar porque la ley decía que había mucha discriminación y ahí es cuando la actual secretaria de la comunidad de pescadores empezó a ser secretaria. Primero estaba en contra nuestra, pero ahora nos llevamos bien con ella. Ahora los hombres tienen miedo del empoderamiento de las mujeres.

No entiendo por qué tuvo esa postura contra las mujeres… Todavía dice que lo que hicimos y cómo lo hicimos estuvo mal. ¿Qué hemos hecho mal? ¡Nos lo hemos ganado todo! La justicia siempre ha estado de nuestro lado pero no el sistema. El 4 de julio salía El Palmar en la tele y aparecí yo. Más tarde, descubrí que un pescador seguía diciendo cosas malas de mí. También hubo un señor que, por defendernos, fue expulsado de la cofradía de pescadores. Decía “¡Es la mujer que mejor habla, por eso sale en la tele!”.

¿Por qué crees que la gente ha estado en tu contra? Además del sexismo, ¿hay algo más? ¿Un fin económico quizáNo económico porque como pescador no ganas mucho. Quizá por problemas personales. También creo que fue por envidia porque muchas mujeres querían esa libertad que no podían tener.

¿Hay mujeres jóvenes involucradas en esto hoy en día? Sólo unas pocas, hay un mínimo de 40 mujeres asociadas pero no sé cuántas van a pescar. 40 mujeres de 750 personas. Soy profesora y no tengo mucho tiempo para pescar… tal vez en noviembre. Ahora mucha gente dice “Creaste muchos problemas para no pescar”. Bueno, si nos hubieran dejado entrar antes, esto habría sido diferente. También hay muchos socios que pueden pescar pero no lo hacen y nadie dice nada porque son hombres. Había muchas mujeres que luchaban de nuestro lado pero no querían pescar, sólo querían que todas las mujeres tuvieran la opción y el derecho a pescar si así lo deseaban. Sólo queríamos el derecho a pescar, como los hombres. Mi tesis iba a tratar sobre esto pero nunca la terminé porque tenía que cuidar a mi familia.

¿Por qué a pesar de que no te querían en el Palmar seguías viviendo allí? ¡Hombre! ¿Dónde voy a ir? Dos chicas viven ahora en el extranjero porque antes vivían allí, pero Teresa y yo… ¿Cómo nos vamos a ir del pueblo? Los otros tendrían que irse si fuera el caso. Nunca consideramos irnos. Queríamos que se reconociera que las mujeres también somos parte del pueblo y que hemos contribuido a forjar la historia del pueblo. Voy a cumplir 63 este año, ya no puedo pescar tanto, pero empezamos con 40, cuando aún teníamos mucha fuerza.

¿A qué se dedican tus hijas actualmente? Una estudió comunicación audiovisual, otra periodismo, otra fotografía, y la otra psicología. Queremos hacer todo lo posible por preservar la cultura y la historia del Palmar. Dos de mis hijas no pudieron participar en la rifa este año porque están muy ocupadas. La que es fotógrafa siempre ha dicho que no quiere involucrarse en la pesca. La otra ahora es maestra. Mis otras dos hijas siempre han querido pescar y cuando eran niñas y descubrieron que no podían pescar, quedaron devastadas. En 2008 finalmente se les permitió pero su abuelo murió en 2006 y estaban tristes porque querían pescar con él.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

¿Alguna vez te sentiste sola o sin ganas de seguir luchando? Nunca estuve sola. Entre nosotras nos teníamos, y cuando alguna estaba triste salíamos y nos reíamos. Hay jóvenes que por sus familias no me hablan. Intentaron alcanzar con nosotras un acuerdo diciendo que las mujeres podían heredar el derecho a pescar, pero eso era todo. Sólo los hombres de la familia podían pescar y no estábamos de acuerdo. Teresa dijo “¿Para mis hijos? ¡Quiero ese derecho para mí!”. En aquellos tiempos, tener una hija en lugar de un hijo era súper malo. Las mujeres se sentían culpables cuando no podían tener un hijo. Una mujer nos dijo una vez que cuando tuvo a su tercera hija, lloró mucho porque no era un niño. Mujeres que tenían hijos eran mucho más importantes que el resto de las mujeres. Cuando eras hija de una familia de pescadores, si te casabas con un hombre que no era pescador te echaban, no podías participar en nada relacionado con el pescado. Primero perteneces a tu padre y luego a tu marido.

En el 69/70 comencé a estudiar en un instituto. Creo que soy la primera mujer en este pueblo que lo terminó. Mis amigas comenzaron a trabajar justo después de terminar la escuela primaria. Ya no estudiaron más. Muchas mujeres decían que si Teresa fuera la que dirigía todo, estarían de nuestro lado, pero no ocurrió porque yo era la líder. Teresa era muy popular.

Pero nunca quise parar. Y si pudimos lograr todo esto, todos pueden hacerlo porque no somos nadie. No puedo ver algo injusto y quedarme callada. Siempre he tratado de entender por qué los demás se sentían y actuaban de esa manera.

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Teresa Chardí, fue la primera en decir “¡ya está bien, yo también quiero formar parte de la comunidad pesquera!”. Foto: © Marie Gemeiner

CONVERSACIÓN CON TERESA CHARDÍ, (66 AÑOS), EMPRESARIA DE LA HOSTELERÍA. FUE LA PRIMERA EN DECIR “¡YA ESTÁ BIEN, YO TAMBIÉN QUIERO FORMAR PARTE DE LA COMUNIDAD PESQUERA!”.

 Eres la primera mujer que dijo “yo también quiero pescar”… No pescar, sino tener los mismos derechos que tenía mi hermano. Porque ese derecho se pasaba de padre a hijo y yo quería tenerlo. Mi hermano era pescador y tenía ese derecho. Pero nunca fue a pescar porque tenía otro trabajo como la mayoría de la gente. Si alguien encuentra un buen trabajo no va a trabajar como pescador pero tiene derecho a pescar cuando quiera. No podía pescar sólo por ser mujer.

¿Notaste una diferencia en el trato que daban en tu casa a tu hermano y a ti?No. En mi casa, no. ¿Y en otras casas? Las mujeres siempre tenían que hacer las tareas del hogar y los hombres no tenían que hacer nada, literalmente nada en absoluto. Mi hermano y yo nos portábamos de otro modo porque mi padre murió cuando mi hermano tenía 3 años, así que lo criamos.

¿Él es más joven que tú? Sí. Pero murió a los 38 años. Mi hermano hacía muchas tareas del hogar. Mi madre y mi hermana tenían que ir a trabajar, así que mi hermano ayudaba en casa. En otras casas era diferente. Con mi esposo eran 3 hermanos y nunca ayudaron a su madre. Su madre hacía todo aún teniendo problemas del corazón, así que tuvo que buscar ayuda de otras mujeres para limpiar la casa y todo. Por entonces sucedía lo mismo en todos lados, no sólo en El Palmar. Era lo normal. En mi casa fue distinto.

¿Tu marido es pescador? No lo era. Cuando lo conocí, mi padre me dijo “¿Sabes que él no es pescador?”. Pero la madre de mi esposo era hija de pescador y porque ganamos el juicio, él ahora es pescador y también mis hijos. Mi hija no quería ser pescadora porque es maestra. Ella dice “Después de todo lo que nos han hecho, no iré a pescar”, y es verdad. Hubo un tiempo en que yo también pensaba “¡Que les metan por donde les quepa! Yo no voy a pescar”. Estaba muy enfadada. Pesqué por mis hijos y por nuestra lucha. Pero tenía mucha ira, todavía la tengo. Lo que más me enfada es que no puedo hablar de esto con nadie. Está prohibido hablar del tema. No puedo decir “¡Gané!”. Cuando murió mi padre, nos quedamos mi hermano, mi hermana, mi madre y yo. Criamos a nuestro hermano para que fuera diferente. Cuando mi padre vivía, mi hermano era aún muy pequeño, y te puedo asegurar que si mi padre hubiera vivido más tiempo no habría dejado que mi hermano nos ayudara porque no estaba bien visto.

Cuando mi hijo mayor era pequeño, mi esposo nunca me despertó para que le diera biberón. Siempre lo hizo él. Un día llamaron a la puerta y abrí mientras él le daba de comer a mi hijo. Mi esposo se enfadó porque alguien lo vio. Sólo estaba bien cuando no había nadie cerca. Creo que hoy en día es más igualitario. Veo que mis hijos siempre ayudan a sus esposas. Pero en mi casa no es así. Ahora tengo que secar la ropa y tengo que hacerlo porque mi esposo nunca lo hace. Sólo cuando estoy enferma. Y hay que dar las gracias cuando sale a tirar la basura.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

¿Qué hay de tu madre? ¿Qué pensaba sobre tu deseo de ser pescadora? Mi madre me apoyó. Ahora está muerta pero siempre me apoyó. Siempre me pregunto “¿Me habría apoyado mi padre si estuviera vivo?”. No lo sé. Creo que lo habría hecho. Tengo una hermana y se casó con un pescador. Él nunca fue a pescar porque era médico. Mis sobrinos son dentistas y tampoco van a pescar. Creo que si mi padre hubiera visto que tenían el derecho pero no se benefician de él, nos habría dejado a las mujeres pescar y mantenernos. Pero no estoy 100% segura, tengo mis dudas. Hay muchos padres que no apoyaron a sus hijas. Mi padre murió muy temprano, cuando yo tenía 14 años.

Tu madre te apoyó, para que tuvieras la oportunidad de decidir si quieres pescar o no. Exacto. Esa fue la cosa. Tener derecho a elegir. Fui a pescar mientras no se me permitía porque la gente no me dejaba. Después de eso abrí este restaurante, así que tuve que dejar de pescar. Voy a veces como un capricho, pero a día de hoy no puedo decir que pesco. Tengo mi lugar de pesca y todo… son mis hijos los que van. A veces voy con ellos pero sólo para pasar el tiempo. Me operaron y no puedo pescar bien.

Creo que si nos hubieran dejado pescar mucho antes, yo habría sido pescadora y mi trabajo actual sería pescar. Porque me gustaba y me sigue gustando.

Carmen me dijo que siempre quisiste pescar aunque todos te decían que aún no era el momento. Pero que no te importó y empezaste a hablar… Sí, inmediatamente después de casarme. Y mi esposo fue el primero en decirme “¡Basta, para!”… porque sabía lo que iba a pasar.

Pero tu marido te apoyó, ¿verdad? Por supuesto. Mi esposo tenía y todavía tiene a todos sus amigos pescadores. Él era el único que no era pescador. Y sabía más de pesca que ellos pero no podía pescar. Ahora, con el derecho a pescar heredado de su madre, finalmente puede ingresar a la comunidad. Veinte años antes de que nosotras intentáramos obtener nuestros derechos, algunos hombres también lo intentaron. Querían que las madres pudieran heredar el derecho como ocurría de padres a hijos. Pero fue denegado. Pero no en el juzgado. Para ser honesta, estoy muy orgullosa de lo que he logrado. Pero tengo mucha rabia porque todavía no puedo hablar de esto. Esta noche, mis amigos vendrán a cenar conmigo. No los he visto en 20 años debido a esto. Pasó lo mismo con mi marido y sus amigos. Hace cuatro años volvimos a salir con ellos pero no hablamos del tema, es un tabú. Además, las mujeres que luchamos nos hicimos muy famosas y eso enfureció a la gente que estaba en nuestra contra. A los hombres también, pero sobre todo las mujeres. Muchas organizaciones nos invitaron a muchos lugares.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

Carmen me dijo que has viajado por España y Europa para hablar con dichas organizaciones del tema… A Irlanda, Bélgica… A Bruselas hemos ido miles de veces a hablar. Tuviste una relación muy fuerte con las otras pescadoras. Era casi como un club revolucionario. ¿Cómo era la relación entonces y cómo es ahora? Sí. Uno de las cinco murió. Mi prima. Su esposo también era pescador y su padre, mi tío, nos mantenía. El resto de nosotras todavía estamos unidas.

La gente les pregunta mucho a Carmen y a ustedes por qué peleaban tanto por ir a pescar si, a día de hoy, no van… ¿Cómo puede Carmen ir a pescar si tiene trabajo? Ella no dejará de ser maestra por la pesca. Irá siempre que pueda y quiera. Ella va más que yo. Va cuando quiere porque le gusta. Nunca antes había pensado en pescar, pero empezó a gustarle. Te vuelves adicta. A veces va con su marido. Mi marido ya no va porque está jubilado. La pesca lleva mucho tiempo y es muy difícil compaginarla con otro trabajo. Las personas que prueban las pesca se vuelven adictas. Quienes dicen que no les gusta pescar, nunca la han probado… Creo que todo cambiaría teniendo seguridad social. Tal vez más jóvenes se interesarían en la pesca y se conviertan en pescadores. Porque a veces ganas dinero, pero no siempre. Por ejemplo, hoy mis hijos han ganado 100€ y algo.

¿Los jóvenes pescan hoy en día? ¿Quizás chicas jóvenes? No. Algunas chicas quieren pescar pero, ¿qué pasa? Para comenzar a pescar, primero debes invertir mucho dinero. Algunas de las chicas son itinerantes y van cambiando de un lugar de pesca a otro porque es muy caro comprar y tener tu propio lugar. Mis hijos han estado pescando durante años y todavía le deben dinero a la comunidad pesquera. Han aprendido a hacer las redes ellos mismos porque no sabían que cada red costaba 60€. Y para pescar, bueno, necesitas al menos 40 redes, por lo que muchas chicas tuvieron que retirarse. Es un gasto muy grande cuando ni siquiera sabes si la pesca te va a rendir. Es complicado. Es lo que dicen, poco a poco… mientras vas recibiendo el dinero que vas pagando poco a poco a la comunidad pesquera. Mis hijos hicieron eso.

¿Cómo es tu relación actual con los pescadores? Ahora las cosas están mejor. Sería faltar a la verdad por mi parte. Pero… Mi esposo lloró mucho porque primero perdió a sus amigos. Yo no. A mí no me importaba porque siempre decía “¡Pero tenemos muchos amigos! No necesitamos a nuestros amigos de la infancia”. Cuando había fiestas en El Palmar iba con ellos y se burlaban de mi marido y de mí. No me importaba nada pero mi hermano no paraba de decirme “¿No ves que se burlan de ti? Di algo de vuelta”… y siempre le respondía a mi hermano “Que le follen, ya le joderán a él algún día”. Hoy en día, mi esposo y ellos son muy buenos amigos, así que salgo con ellos, vamos a fiestas, a comer…

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

¿Para mantener una buena relación debes dejar de lado el tema? Quisiera olvidar y no tengo rencor, pero nunca olvidaré. La gente incluso me ha dicho que he destruido este pueblo. A mí no me lo parece. Siempre dije que esto me parece una película de Berlanga, una comedia. No habría más pescadores aquí si no nos hubieran aprobado. Las personas que están pescando hoy en día son las que entraron por nosotros, son nuevas. Soy fuerte y me siento bien, muy bien.

¿Alguna vez alguien se ha disculpado contigo? Nunca. El otro día nos hicieron un homenaje, pero era de gente de fuera del Palmar. Nadie era de aquí. Cada una de nosotras, pescadoras, teníamos que ponernos de pie y hablar de todo lo que te estoy explicando en este momento. La Consellera empezó a elogiarnos y cuando tuve que hablar me puse a llorar un poco. Me emocioné por toda la gente que nos elogió y dijo cosas buenas de nosotras, pero nadie del Palmar reconoció lo que hicimos. Me emocioné mucho. Allí estaba el presidente del Palmar. Él es muy buen amigo mío. Nos dejamos de hablar durante 20 años, pero ahora somos buenos amigos de nuevo. También estaba Amparo, la secretaria de la sociedad de pescadores. Ni siquiera fueron capaces de decir algo al respecto. Y realmente quería que nos dijeran “¡Gracias!”. Incluso dijimos que se nota mucho que manda una mujer pero no nos dijo nada. Sólo 800 personas viven en el Palmar. No es nada. 800 pero muchos ya ni viven aquí porque sus hijos estudian en Valencia. Pero son de aquí y tienen una casa aquí. Todos nos conocemos.

Tienes dos hijos y una hija. ¿Qué piensan? Mis hijos quieren ser pescadores y son pescadores. Mi hija no. Nunca ha intentado pescar. Ella es maestra. Van a tener el restaurante cuando me jubile, es lo que mi hijo pequeño quiere. Una mujer de nuestra edad decía mucho que “nos gustaría haber nacido siendo hombres”. Pero los hombres tenían que trabajar y las mujeres eran sólo amas de casa. Y ser ama de casa también es un trabajo. Y lo que es peor, no quiero ser ama de casa. Siempre estás haciendo lo mismo. Siempre he trabajado, toda mi vida.

¿Dirías que la pesca representa más para el movimiento feminista que el trabajo actual? Depende, muchas mujeres no quieren tener ese derecho a pescar porque tienen que pagar. Cuesta dinero. Mi hija no quiere porque dice “No les voy a dar nada, ni un euro. Yo no me voy a gastar 120€ al año y luego no ir a pescar”. Es triste porque sus hijos no van a poder pescar.

Todavía hay un largo camino por recorrer para conseguir la igualdad. Especialmente en El Palmar, se puede sentir la tensión… Y los jóvenes reaccionan a esto como una broma, diciendo “No eres una pescadora de verdad”. Lo dicen en broma, pero lo dicen. Mi hija tenía 8 años y lo vio todo, se acuerda de todo. Era Fallera Mayor del Palmar y también formaba parte de la corte de honor de Valencia, y la gente del Palmar decía muchas cosas malas de ella y nadie se le acercaba. Espero que algún día podamos hablar de esto de una manera normal, pero no sé si va a suceder. Hay muchas mujeres inteligentes aquí.

Carmen me dijo que si hubieras sido tú quien dirigiera la revolución, muchas mujeres habrían estado de tu lado. Carmen siempre ha hecho lo que le ha dado la gana y eso no está bien visto bien en El Palmar. Cuando Carmen se casó, tuvo a sus hijas muy rápido, las cuidó y después se puso a trabajar. La gente no entendió eso. “¿Por qué tienes que trabajar con tantos niños?”. Mientras daba la leche a sus hijas, estudiaba. Ella es muy inteligente y mucha gente sentía celos. También tiene un marido que todas las mujeres querían porque ella puede hacer lo que quiera, y las demás siempre tenían que pedir permiso a sus maridos. Carmen no.

Yo le gustaba a la gente, yo era una líder. Nunca pensé que estaba haciendo algo malo. Siempre he estado segura por qué quería luchar.

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¿Dónde están las pescadoras? Foto: © Marie Gemeiner

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