El Convento de Santa María de La Tourette es un edificio religioso perteneciente a la Orden de los Dominicos, situado en el municipio de Eveux en L´Arbresle (Lyon). Diseñado por Le Corbusier con la colaboración de Iannis Xenakis en la estructura interior y en la fachada de esta obra arquitectónica. Este proyecto surge en 1952, tras un intercambio de ideas filosóficas y espirituales entre Marie-Alain Couturier y Le Corbusier, con el propósito de renovar los valores y la fe a través de la modernidad y el arte contemporáneo. Couturier asignó esta obra a Le Corbusier por su renombre y su vida austera y abnegada, similar a la filosofía de la orden. Así se creó un edificio austero capaz de reflejar en su diseño el carácter de los monjes y la disciplina de la orden. La arquitectura refleja la unión entre el cielo y la Tierra, enfatizando la barrera entre lo humano y lo divino, gracias al finísimo muro de hormigón que se eleva a la altura de los ojos. De esta manera Le Coubusier crea “una vivienda en silencio para serenar los cuerpos y los corazones”. El monasterio no es pretencioso, tiene una belleza interior a base de los pequeños detalles que lo componen.
UNA CIUDAD AL REVÉS
La idea del diseño se inspira en “la ciudad al revés”, empleado en la ciudad de Montevideo, donde las autopistas pasaban por encima de la ciudad evitando que los habitantes se crucen con los vehículos. En este caso se accede por la planta superior y se circula hacia abajo.

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso
La construcción se sitúa en la ladera de una montaña, usando la horizontalidad del terreno desde la parte más alta, formando la estructura del edificio, desciendo por la ladera. El patio es el sostén de los volúmenes y las circulaciones que lo cruzan entrelazando las diferentes zonas, confiriéndole una apariencia abstracta con mínimo simbolismo religioso. Las cubiertas del edificio y las terrazas con vegetación se integran en la naturaleza, haciendo que el hormigón parezca una estructura rocosa y realzando el aspecto atemporal del edificio. La fachada consigue un efecto asimétrico por la progresión de rectángulos de diferentes anchos. Sus muros son gruesos evocando la solidez de las arquitecturas medievales. Las aperturas con cristales de color provocan la entrada de luz dando un “halo espiritual”.
La estructura basada en bandas horizontales juega con las transparencias y las sombras en los cinco niveles del edificio, creando una apertura de aire que muestra la disociación entre la privacidad del monasterio y el espacio público de culto. La iglesia tiene un diseño individual colocado dentro de otro. Así, en el volumen principal hay dos volúmenes adosados, uno irregular (donde se encuentra la cripta con tres grandes lucernarios y amplios espacios de colores primarios), y en el lado contrario, la sacristía iluminada por siete claraboyas geométricas, que forman una planta de cruz latina singular.

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Le Corbusier 1960. Foto: ©David Zarzoso

Convento de Santa María de La Tourette. Foto: ©David Zarzoso