Fridericianum (Kassel) presenta una muestra retrospectiva del artista estadounidense Vincent Fecteau. Desde principios de la década de 1990 Fecteau crea esculturas y collages a partir de materiales sencillos, a veces cotidianos, como recortes de periódicos, papel maché, espumas, corchos, palitos de helado o conchas. Algunas obras son de pequeña escala, rectilíneas, monocromas o abstractas, mientras que otras son expansivas, intrincadas, coloridas o narrativas. Son el resultado de un largo e intenso proceso creativo que comienza con la selección y combinación de materiales. A esto le sigue el procesamiento continuo y cuidadoso de estos componentes hasta que se articula la naturaleza multifacética de cada objeto.
Durante el proceso de producción, Fecteau no se somete a ningún marco conceptual. Su acción está guiada por reacciones intuitivas a los distintos medios. Los resultados de este enfoque suelen ser difíciles de describir con palabras. Lo que a primera vista parece estar claramente a nuestro alcance, desafía la clasificación si se examina más de cerca. Esta circunstancia influye en la naturaleza enigmática de las formulaciones y nos estimula a participar en las múltiples asociaciones que generan las esculturas y los collages del artista.
NATURALEZA AMBIGUA
Sus piezas evocan imágenes de arquitecturas, escenarios y vitrinas en forma de modelo, pero también de cuerpos, miembros y órganos. Sin embargo, estas asociaciones e ideas teóricas son muy vagas y en gran medida se disuelven rápidamente en abstracciones. A pesar de sus ambigüedades, las obras revelan repetidamente referencias a los lenguajes formales y enfoques de tendencias históricas. Así, se vislumbran alusiones a los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX, así como referencias al arte de posguerra o al posmodernismo.
Sus obras no dejan lugar a dudas de que son testimonio de su tiempo. Esto se puede detectar tanto en sus características formales como en la exploración de las formas de identidad, vida y cultura queer que a menudo se manifiestan en ellos. En este sentido, la preocupación de Fecteau por los valores, las ideas y las perspectivas que pueden ubicarse más allá de las cosmovisiones heteronormativas está informada por su experiencia personal de la crisis del SIDA de los años ochenta y noventa, así como por los cambios sociales que la acompañan. La importancia de sus obras para el discurso del arte contemporáneo resulta, pues, no solo de su delicadeza compositiva, fuerza poética y obstinación pronunciada, sino también de sus aspiraciones sociopolíticas y su postura básica de empatía.