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¿CÓMO DIBUJARÍAS UN ROBOT?

Si te dejáramos un espacio en blanco aquí abajo y te dijéramos que nos dibujaras un robot, ¿cómo lo harías? Seguramente algo así como un híbrido entre humano y máquina similar a la versión que hizo Mugler en su colección de 1995. Una mezcla poco definida con cara de persona como la de tu vecino, metido en un cuerpo metálico y brillante que se mueve de forma hermética y limpia. Una imagen futurista y solo comprensible para dentro de unos años. 

Y es curioso porque, aunque no lo sepamos, vivimos rodeados de robots. Algunos los vemos más que otros. Y los usamos de forma doméstica y habitual. Como la aspiradora Roomba que te aspira el comedor de tu casa mientras estás sentado en el sofá. O el altavoz Alexa que te cuenta todo lo que quieras (siempre que esté en Internet, claro). O yéndonos un poco más lejos tenemos a Sophia, la robot de Hanson Robotics que ya es capaz de identificar los sentimientos de sus interlocutores y reaccionar ante ellos como cualquier humano. O como algunos humanos.

Mugler. 1995

Mugler. 1995

Sophia, la robot de Hanson Robotics

Sophia, la robot de Hanson Robotics

Cualidades humanas que imitan máquinas recubiertas de metal y plástico, y que a lo largo de los años se han representado de una forma un tanto distinta a la realidad que hoy tenemos, pero hechas prácticamente todas bajo la misma esencia. Así que, por si no sabes muy bien cómo dibujar un robot, te traemos algunos ejemplos de las versiones más famosas de los últimos años.

Desde los años 60 tenemos series de anime como “Tetsujin 28-gō”, serie de culto creada en 1956 en Japón, y que llegó a todo el mundo como uno de los primeros robots gigantes televisivos. O “Mazinger Z”, personaje de anime que apareció en un libro por primera vez en 1972 y que saltó a la pantalla ese mismo año a todo el mundo y donde vimos al primer robot gigante de tipo meca. Es decir, robot tripulados por un humano. Dos referentes visuales que prácticamente todo el mundo conoce (igual tú no pero tus padres seguro que sí) y que nos crearon una primera imagen de lo que significa ser un robot.

“Tetsujin 28-gō”, serie de culto creada en 1956 en Japón

“Tetsujin 28-gō”, serie de culto creada en 1956 en Japón

“Mazinger Z”, personaje de anime que apareció en un libro por primera vez en 1972

“Mazinger Z”, personaje de anime que apareció en un libro por primera vez en 1972

“Futurama” creada por Matt Groening, donde vimoa a Bender como símbolo de lo que los robots podrían representar en la sociedad.

“Futurama” creada por Matt Groening, con Bender como símbolo de lo que los robots podrían representar en la sociedad.

Años más tarde llegaron otras series como “Futurama” creada por Matt Groening, donde vimos a Bender como símbolo de lo que los robots podrían representar en la sociedad. Máquinas que no poseen limitaciones humanas como los sentimientos de ética o amor, y que por ello se convertían en seres un tanto miserables. Pero que por otro lado, eran capaces de hablar y vivir como humanos con adicciones como el tabaquismo, la afición a la cerveza o los chistes de humor negro. Un híbrido emocional un tanto complejo pero que estéticamente seguía constituido de metal y tornillos. De hecho, Bender “nace” en una fábrica de Tijuana en 2997.

Películas como “Blade Runner” (1982) o “Yo, Robot” (2004) nos han mostrado el lado más distópico de esta realidad, donde los robots en camino de imitar a los humanos, llegan a considerarse iguales o superiores y pasan de ser un medio para hacernos la vida más cómoda, a convertirse en enemigos. Y como polo opuesto, tenemos las versiones más amigables y románticas y que seguro recuerdas de tu infancia, como los robots WALL·E y EVA de “WALL·E” (2008) o el robot gigante que aparece al final de “Los Increíbles” (2004).

Escena de Blade runner de Ridley Scott, estrenada en 1982

Escena de Blade runner de Ridley Scott, estrenada en 1982

“Yo, Robot” (2004)

“Yo, Robot” (2004)

WALL·E

WALL·E

Además de referencias en la pantalla, tenemos a artistas como Hajime Sorayama, que ha convertido sus dibujos robóticos en obras de culto y dado a la imagen del “robot” una versión más artística. Con su trabajo, el ilustrador japonés ha dibujado las fantasías cibernéticas de más de una generación, empezando en los años 60 con robots estilo pin-up inspirados en las portadas de Playboy, hasta sus trabajos más recientes y vanguardistas que han introducido a los robots al mundo del arte. Con obras como su libro “Sexy Robot” publicado en 1983, que recoge algunas de sus ilustraciones más importantes, hasta la exposición en el MoMa. O su colaboración con la industria de la moda, en la colección de DIOR Pre-Fall 2019, con uno de sus robots construidos a escala gigante para el desfile y donde pudimos ver además muchas de sus ilustraciones como estampados de la colección. Un trabajo que idealiza a los robots bajo un aire un tanto sexual y lo acerca a nuestro mundo desde una versión artística de culto.

Otra referencia en el mundo del arte es Clayton Bailey, que mediante su trabajo en metal ha creado diferentes versiones de lo que conocemos como robot. Con una estética un tanto más dócil y amigable, Clayton creó cientos de versiones de estos robots a partir de piezas recicladas de mercadillos. Robots, perros o incluso insectos metálicos. Robots estáticos pero con alma que contaban a través de sus formas y “rostros” un punto de vista que antes nadie había visto. No como artefactos de un futuro limpio y eficiente, ni como seres heróicos o asesinos, sino como figuras simpáticas y un tanto destartaladas y torpes.

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Hajime Sorayama, que ha convertido sus dibujos robóticos en obras de culto

Hajime Sorayama, que ha convertido sus dibujos robóticos en obras de culto

Hajime Sorayama, que ha convertido sus dibujos robóticos en obras de culto

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DIOR Pre-Fall 2019, con uno de los robots de Hajime Sorayama construido a escala gigante


 

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Clayton Bailey, que mediante su trabajo en metal ha creado diferentes versiones de lo que conocemos como robot.

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Clayton Bailey, que mediante su trabajo en metal ha creado diferentes versiones de lo que conocemos como robot.

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Con una estética un tanto más dócil y amigable, Clayton creó cientos de versiones de estos robots a partir de piezas recicladas de mercadillos.

Robots torpes y simpáticos, robots asesinos, robots que se enamoran, robots alcohólicos y adictos a la nicotina, robots sexys para tus fantasías más futuristas y robots que se convierten en los héroes de este mundo cada día más raro.

Robots de todo tipo y versiones para todos los gustos, pero que al final no se diferencian mucho los unos de los otros. Los hemos visto en la tele, en los libros y hasta en los museos de una forma que poco tienen que ver con la Roomba de tu casa. Por lo que al final es normal que al pensar en robots imaginemos estas versiones humanoides antes que las de verdad, las que vemos a diario. Pero quién sabe… Igual algún día tenemos estos robots humanoides en nuestra vida. Mientras tanto, ya puedes hacerte más o menos una idea de cómo dibujar un robot.

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