El pasado mes de febrero, Loewe presentó su colección Otoño Invierno 2020/21 en la Maison de l’Unesco de Paris. Su director creativo Jonathan Anderson, continua con la construcción de un lenguaje propio con el que consigue fusionar moda y artesanía. Objetivo: prendas en las que el arte se traduce en su principal esencia.
Anderson recoge del pasado ideas para proyectar el futuro, en este caso, reúne la pompa de la iconografía española de la corte de Felipe II, como también, la austeridad y sobriedad estética de la moda parisina de postguerra, con grandes diseñadores como Dior o Balenciaga, presentando una colección que sobresale en elegancia atemporal con un historicismo reinventado en una puesta en escena totalmente aséptica.
Las siluetas se presentan con formas experimentales y volúmenes extremos, suspendidos, que caen y se entraman, mediante mangas abullonadas, prendas repletas de frunces, faldas globo y patrones maximizados que consiguen unos contornos exagerados, severos y majestuosos. En algunos looks las modelos portaban tocados de plumas, bolsos y broches-joya en los zapatos (tacones, mocasines o deportivas).
PORCELANA & OTRAS TEXTURAS
Así mismo la colección juega con la yuxtaposición de originales texturas, en la que se reúne grandes estampados y una amplia variedad de tejidos como, robustos algodones, lanas, brocados y jacquards de seda que nos llevan y nos acercan a esa búsqueda por “lo artesanal” que Anderson quiere enseñar.
Con la intención de amplificar el hecho de la artesanía, LOEWE, ha contado con la colaboración del ceramista japonés Takuro Kuwata, quien obtuvo una mención en los premios Loewe Craft Prize 2018. De esta forma, su trabajo se incorpora en esta colección con unas piezas cerámicas impactantes elaboradas con porcelana que aparecen a lo largo de la colección en forma de adornos, colgantes e incluso corpiños incorporados a los vestidos, mostrándonos nuevas tipologías con las que la porcelana puede fusionarse con la moda.