La colección propuesta por Dior para la primavera de 2020 plantea un diálogo entre alta costura y feminismo. Maria Grazia Chiuri propone un proyecto de colaboración entre la maison parisina y la autora estadounidense Judy Chicago, quien creó para la ocasión una pasarela en el interior de un pabellón efímero con forma de diosa prehistórica. 

La propuesta nace de la adoración a las diosas y la dificultad de las mujeres artistas para encontrar su propias formas de expresión dentro del sistema patriarcal en el que vivimos y hemos vivido durante años. Esto llevó a la diseñadora a sus raíces y a sus recuerdos del descubrimiento de las esculturas de Botticelli. La colección habla de la relación entre moda y cuerpo en la que toma como referencia los peplos –túnicas femeninas grecorromanas– con ella desarrolla un dialogo con la alta costura y la forma de crear dichas prendas. El resultado son piezas que cuentan con el clásico drapeado, realizado en su totalidad  en dorados, bronces, plateados y blancos, representando la grandeza y la pureza de las diosas.

Sobre la escenografía, el espacio contaba con grandes lienzos colgados del techo que planteaban distintas preguntas, las cuales habían sido bordadas por un proyecto de mujeres en la India. Una de estas preguntas presidía el desfile: ¿y qué si las mujeres gobernasen el mundo?

Aunque Chiuri va dando pequeños pasos en un intento por unir feminismo y moda, en el actual contexto reivindicativo su propuesta quedo un tanto desdibujada, ya que lo aconsejable hubiese sido que no solo lo reflejase en las prendas, sino también con las modelos que nos muestran la colección.