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OSAMU TEZUKA / EL PADRE DEL MANGA MODERNO

El mangaka Osamu Tezuka, también conocido como Dios del Manga por su inmensa aportación a la viñeta japonesa, es el protagonista de una exposición que concluye el próximo 6 de enero de 2020 en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Barcelona) y que cuenta con casi 200 originales de este autor. “Osamu Tezuka, el Dios del Manga” comisariada por Stéphane Beaujean es una muestra sin precedentes en nuestro país, que quiere dar a conocer más de cerca la obra de un creador vital para entender la evolución del manga después de la Segunda Guerra Mundial, y también uno de los autores de manga más prestigiosos y prolíficos a nivel mundial.

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Astro Boy © Tezuka productions

La edad de la inocencia

El nacimiento del manga contemporáneo: 1945-1950 La posguerra japonesa estuvo marcada por la miseria, las dificultades para obtener alimentos y la inquietud de la población ante la ocupación de los Estados Unidos. Ante un futuro incierto, el manga se estableció como una vía para poder evadirse de la realidad. Osamu Tezuka comenzó su carrera como dibujante profesional en 1946 y no tardó mucho en convertirse en una figura destacada en este nuevo rumbo que había tomado el manga. Se mostró innovador en todos los aspectos: en la forma (introdujo un estilo cinematográfico para imprimir dinamismo a las historias) y en el contenido (la creación de personajes complejos y la inclusión de temas actuales elevó sus obras a cotas que no habían conseguido nunca en el manga hasta entonces). Su primera serie larga, La nueva isla del tesoro (con guión de Shichimi Sakai), fue publicada en 1947 por la editorial IKUE y se convirtió en un éxito inmediato: consiguió vender unos 400.000 ejemplares.

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Fénix © Tezuka productions

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Oda a Kirihito © Tezuka productions

La búsqueda de un ideal

El desarrollo del manga en su juventud: 1950-1965 A principio de los años 50, Tezuka crea sus personajes más emblemáticos, con Kimba (Jungle Taitei, 1950), Astro Boy/Atom (Atom Taishi, 1951) y Zafiro (Ribon no Kishi, 1953) a la cabeza. Estos héroes justicieros reflejan la mentalidad japonesa de la época, marcada profundamente por los desastres de la guerra pero dispuesta a emprender la reconstrucción del país y una rápida recuperación económica. Tezuka dibujó a sus héroes como defensores de la justicia y en sus historias el bien siempre triunfaba sobre el mal. Sin embargo, este “mal” que Tezuka quería derrotar no era, en realidad, el de sus personajes diabólicos, sino el de la sociedad opresora de su tiempo. Esto se refleja en sus primeras obras en forma de protagonistas oprimidos por la sociedad humana. El león Kimba, el pequeño robot Astro Boy/Atom, el extraterrestre W3 o el Zero Man Ricky son algunos ejemplos. En el caso de personajes humanos como Zafiro, de La princesa caballero, un suceso que los margina para siempre de la sociedad los obliga a asumir su papel de “desatascador de fechorías”. Los verdaderos enemigos que hay que derrotar y que se ocultan en cada aventura bajo la apariencia de monstruos, genios del mal o robots gigantes son la discriminación, la incomprensión y los crímenes que conducen la gente a la guerra.

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Princess Knight © Tezuka productions

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“Osamu Tezuka, el Dios del Manga” Museu Nacional d’Art de Catalunya (Barcelona) y que cuenta con casi 200 originales de este autor.

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“Osamu Tezuka, el Dios del Manga” Museu Nacional d’Art de Catalunya (Barcelona) y que cuenta con casi 200 originales de este autor.

Confrontación con la realidad

La aparición del manga para adultos y el gekiga: 1966-1978 Después de un breve período en el que pareció perder fuerza, a partir de la segunda mitad de los años 60 el manga recuperó la popularidad. Sin embargo, los tiempos habían cambiado. La televisión, la cultura del ocio y el desarrollo de la industria de los productos derivados transformó la relación entre los lectores y los protagonistas de los manga. La primera generación de lectores era ya adulta y se popularizó un nuevo tipo de manga más crítico, social y dramático: el gekiga o novela gráfica. Tezuka no pudo seguir la tendencia de esta época. Convertido en sinónimo de academicismo, era respetado, pero iba por detrás; las ventas de los mangas de quien fue aclamado como la figura central del manga contemporáneo comenzaron a resentirse y Tezuka desapareció como símbolo de vanguardia. Astro Boy no restó ajeno a esta deriva y su publicación acabó con el cierre de la revista donde se presentaba.

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Kimba, el león blanco © Tezuka productions

La revolución del manga animado

La aventura de Mushi Production: 1962-1973 Gran admirador de Walt Disney, Tezuka aceptó en 1960 la invitación de Toei Doga (Toei Animation en la actualidad) para producir un largometraje de animación. Por desgracia, un desacuerdo en la conclusión de la historia le obligó a abandonar el proyecto. Decepcionado por la experiencia, decidió invertir su dinero en fundar su propio estudio, Mushi Production, con el objetivo de crear una nueva filosofía para la animación.

El dibujo del manga según Tezuka

Tezuka escribió varios libros en los que exponía con detalle sus ideas sobre el guión, la caracterización de personajes, el dibujo y la distribución de las viñetas. En el primer capítulo de Manga no kakikata (Cómo dibujar manga), el dios del manga Tezuka desgranaba los tres elementos estéticos esenciales del manga ideal: shōryaku (síntesis o sencillez), Kochi (hipérbole o exageración) y Henke (sentido de la metáfora y alegoría). No era partidario de seguir fielmente las proporciones y sugería el uso de formas expresivas exageradas. Los personajes de Tezuka se caracterizaron durante largo tiempo por su cuerpo elástico, de acuerdo con la necesidad de representar los movimientos y los aspavientos como si fueran muñecos de látex. Había más reglas, pero el factor más importante era favorecer la claridad para transmitir mejor la información. El pelo de Astro Boy es el mejor ejemplo: procuraba dibujar de manera que siempre se vieran las dos puntas, independientemente del ángulo en que representaba el personaje.

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La canción de Apolo © Tezuka productions

El encuentro con la historia

El legado para las generaciones futuras: 1972-1989 Si bien Tezuka se volcó más en el género de la ciencia ficción que en el histórico, esto no impide que tratara la temática histórica relativamente temprano en su carrera, y en 1950 publicó Heigo Taihei-ki (La llanura de Abusegahara). Sin embargo, sólo usó los acontecimientos históricos como ambientación de una trama que se desarrolla a lo largo del tiempo. Se distanció del rigor histórico intencionadamente y lo usó como método expresivo para exponer su propio pensamiento y visión subjetiva de la humanidad.

Innovación y narrativa

Aparte de historias largas, temas complicados y complejas descripciones psicológicas, Tezuka introdujo en sus mangas nuevos métodos escénicos. Aquí trataremos todo lo relacionado con el grafismo: el uso de un espacio plano y cuadrado y la composición de secuencias para emocionar el lector. Tezuka adoptó elementos cinematográficos para conferir una mayor expresividad visual a sus obras en lugar de las puestas en escena literarias y teatrales que habían sido la tendencia en los manga que le precedieron, innovación que está plenamente reconocida y es característica del manga actual. Aunque no fue el primero en trasladar los efectos del cine al manga, creó su lenguaje expresivo con elementos cinematográficos y sistematizó puestas en escena basadas en la acción y el movimiento. Se le podría considerar pionero a la hora de profundizar tanto en el potencial narrativo de los dibujos.

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Osamu Tezuka © Tezuka productions

Biografía:

Osamu Tezuka Considerado el padre del manga moderno, Osamu Tezuka nació en Osaka en 1928. Su padre era un cinéfilo y le dejaba ver desde pequeño muchas películas extranjeras; su madre, una entusiasta del teatro, lo llevaba a menudo a ver las representaciones de la Takarazuka Revue, una compañía de teatro integrada exclusivamente por mujeres que interpretan también los papeles masculinos. La Segunda Guerra Mundial estalló cuando era adolescente y en 1945, al terminar el conflicto, el joven Tezuka era un aspirante a dibujante de manga convencido de que tenía que defender a cualquier costo la paz y la dignidad de todas las formas de vida. Aquel ferviente espíritu humanista se convirtió en la base de su estilo, que trascendió a todos los géneros del manga y atrajo lectores de todos los géneros y edades. A lo largo de una brillante carrera que duró casi medio siglo, dibujó más de 150.000 páginas. Tezuka desarrolló una obra diversa, construyendo un universo coherente y grandioso y creando toda una galería de personajes populares. Sus metas se convirtieron en un ejemplo para muchos autores y estableció las bases del manga argumental. Por eso se le considera “el dios del manga (manga no Kamisama)”.

OSAMU TEZUKA, EL DIOS DEL MANGA
Museu Nacional d’Art de Catalunya – Barcelona
Hasta el 6 de Enero de 2020

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