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GUI BONSIEPE, “Los diseñadores producimos nuevas experiencias con espacios y acción con artefactos”.


Gui Bonsiepe (Glücksburg, Alemania 1934) estudió y posteriormente enseñó en la HfG (Hochschule für Gestaltung) en Ulm, Alemania. Tras el cierre de la HfG, Bonsiepe emigró a Chile para trabajar en la Organización Internacional del Trabajo, bajo el auspicio de Salvador Allende. Tras el golpe de Estado de 1973, Bonsiepe emigra a Argentina donde sigue practicando el diseño industrial dentro del marco institucional. Posteriormente, en Estados Unidos se especializó en “human user interfaces” y actualmente es docente en la Escuela Superior de Diseño Industrial de Rio de Janeiro en Brasil. 

En abril de 2008, Gui fue invitado a dar una conferencia en la inauguración del Cdd (Centre de Documentació Impiva Disseny, en Valencia). En esta entrevista Gui Bonsiepe insiste en la importancia de que la enseñanza del diseño se acompañe de actos proyectuales.

¿Por qué consideras que el arte y el diseño son dominios distintos? Ésa es una cuestión de orden filosófico ¿no? (RISAS), bastante pesada la pregunta, pero voy a tratar de responderla de la manera más sucinta y clara posible. Arte y diseño tienen diferentes objetivos. Por ejemplo, un affiche no es una obra de arte, no es un cuadro. Un affiche tiene que informarme. Un cuadro no me informa… No quiero establecer una jerarquía y decir que el arte es culturalmente más importante que el diseño. Simplemente, ¿qué es el artista? El artista posibilita nuevas experiencias estéticas y existenciales a las personas. El diseño no hace eso. El diseño abre nuevas posibilidades de acción, aunque hay productos (sobre todo los del ambiente personal) que tienen un muy alto grado de libertad estética.

Según ese criterio, ¿podemos decir que hay más libertad en el arte? No, no. Yo simplemente diría que el objetivo de la producción del arte es distinto al del diseño. Insisto en la diferencia, no en su separación, pero sí se trata de categorías independientes, relacionadas obviamente porque ambos -tanto el arte visual y el diseño- pertenecen al espacio perceptivo… Pero el espacio de experiencia estética es fundamental para el arte. En diseño es correlativo, porque se agregan otras cositas ¿no? No hay diseño industrial y gráfico en el cual no interviene ni participa necesariamente la dimensión estética, pero no con el mismo grado de autonomía como en el arte.

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Gui Bonsiepe. Ilustración: Sergio Arribas

¿Qué es la innovación? Es hacer algo que antes no se ha hecho. El concepto de innovación no se limita al diseño solamente. Existen innovaciones de administración, por ejemplo unos economistas que inventan un nuevo sistema para calcular impuestos. O un sistema para que no se pierdan las valijas en los aeropuertos. Esos son actos proyectuales en los cuales no participan necesariamente diseñadores industriales y gráficos, pueden, pero no de forma tan decisiva… La innovación en el campo del diseño, nuestra área insustituible como profesionales del diseño, es la dimensión de uso: la relación usuario-artefacto, artefacto semiótico, artefacto físico… Hay un catálogo sobre la innovación aplicable al diseño industrial… habría que hacerlo también en el campo de la comunicación visual, ¿cuál es la tipología, la estructura de innovaciones posibles en el diseño de la comunicación visual? Por ejemplo, el modelo que se encuentra tan frecuentemente reproducido en libros de diseño gráfico y comunicación es el de la comunicación telefónica: existe un emisor que codifica señales, las señales pasan a un canal y llegan a un receptor que las descodifica… me parece completamente irrelevante y hasta falsificador cuando aplicamos esto al fenómeno de diseños, porque este modelo de la comunicación telefónica no se interesa por el significado, y a los diseñadores nos interesa justamente el significado de las informaciones; no se trata de cosas abstractas ni de transmitir señales, se trata de transmitir significados. Ésa es nuestra tarea de uso. La semántica es la disciplina central de la comunicación visual. ¿Por qué la innovación? Porque es parte de nuestra formación, porque sino hago copias. Nosotros hacemos informaciones comprensibles, obviamente con una mayor o menor carga estética. No podemos eliminar la dimensión estética de nuestro trabajo, eso sí es suicidio, pero (y ésa es la diferencia con el arte) no es una categoría autónoma. En el arte sí.

Reconoces también una diferencia entre ingeniería y diseño… Claro. Frente a los ingenieros nos sentimos un poco inseguros, como menos válidos, porque ellos tienen más de 200 años de tradición y la educación en diseño comenzó después de la Segunda Guerra Mundial; apenas tenemos dos o tres generaciones, por tanto no podemos compararnos con profesiones con mucho más peso histórico. Además, tenemos un punto flaco: la falta de un discurso bien estructurado, nuestra semiología no es sistemática. Si yo comienzo a estudiar medicina, ¿qué hace un médico futuro? Aprende el primer año a definir conceptos de anatomía y fisiología humana. ¿Cuál es nuestra terminología, desde el lenguaje? ¿Qué grado de precisión tiene? En este punto estamos en desventaja con otras profesiones porque la nuestra es joven. También la informática es una profesión joven (hace dos o tres generaciones) pero si comparamos el grado de consolidación profesional que lograron los informáticos, los diseñadores estamos a años luz de diferencia. Nuestra base de legitimación muchas veces se cuestiona, y por eso siempre tenemos que explicar qué es el diseño. Nadie pregunta qué es la ingeniería, se da por sobreentendido… pero el diseño no, hay mucha confusión y en parte nosotros somos responsables. Que en las ingenierías predomine el concepto diseño como un arte aplicado… eso es del siglo XIX, hay que despertarles un poco.

¿Qué importancia tiene un lugar como el Centre de Documentació IMPIVA Disseny, inaugurado recientemente en Valencia? Mira, vivimos en la ciudad de la información, información como elemento de valor que no se desplaza así nomás, tiene un costo y un capital de fondo. No tenemos memoria en diseño, y estos centros donde se albergan informaciones en forma sistemática y asequible son indispensables para cualquier profesión. Nosotros (los diseñadores) somos unos pobres gatos (RISAS); por suerte ahora se reactiva un centro con esta finalidad, recopilar y sistematizar este alud de información que tenemos disponible ¿no? El tiempo que perdemos buscando en la red algo útil es infernalmente alto. Tener un centro de documentación con acceso ordenado es una enorme ayuda. No se trata solamente de documentar con fines históricos (para hacer una memoria), aquí se documenta información operativa que sirve para la actuación profesional. No es un museo. Ahora, la colección de los catálogos de empresas de los últimos 15-20 años, es un acervo fantástico… ¿cómo se va a escribir en el futuro una historia del diseño sin tener acceso a este material? ¿Y qué historiador de diseño va a consultar catálogos de empresas? Ninguno, ninguno. Ellos escriben sólo su estilo… por eso soy muy alérgico a los enfoques tradicionales de la historia del diseño: te muestran las imágenes, algunas notas, pero se quedan predominantemente fijados a la dimensión estética-formal (estilo). Escribir sobre la historia del diseño desde la perspectiva de la historia del arte -sin quitar mérito a los especialistas- es equivocado, no llegan muy lejos, porque ven el diseño como un derivado del arte y no es así.

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Gui Bonsiepe con Manuel Lecuona. Foto: Alejandro Benavent

¿Cómo se escribiría una historia correcta del diseño? Primero, empírico: datos, menos especulación, los pies en la tierra. Consultando fuentes, dejando un poco de lado las especulaciones. Segundo, rescatar personas de la zona del olvido, porque en las historias oficiales que conocemos se fijan mucho en estrellas, y son siempre los mismos. En arquitectura pasa lo mismo (RISAS). Pero hay mucha gente que trabaja en diseño que no tiene esta presencia bajo los focos. Por lo tanto, hay que hacer un poco de justicia histórica a estas personas que no están en primera línea en la foto… Tercero, una profesión que no puede acceder a su pasado no tiene perspectiva para el futuro. ¿Qué profesión no tiene acceso a su pasado? Los abogados tienen la historia del derecho. La medicina, ingeniería, tecnología, todas tienen su historia… Nosotros no.

Ocurre que el diseño suele estar asociado a tendencias o gustos temporales… Mira, yo no quiero negar la importancia de las tendencias, pero hay un peligro en eso… obviamente hay áreas de productos que están más sometidos a esta dinámica. Por ejemplo, la moda es por excelencia el campo con un altísimo ritmo de innovación formal, ésa es la esencia de la moda, crear obsolescencia estética-formal. Una corbata puede durar seis meses y la cambio porque está fuera de moda. Entonces hay fenómenos o áreas de productos que están sometidos a un alto grado de innovación estética-formal, y otros donde no es tan fuerte. Pensar que el cambio estético-formal es la esencia del proyecto ¡no! Para ciertas áreas de productos sí, pero no para todos. En instrumentos de medicina no puedo hacer un cambio cada seis meses: medicina de verano, medicina de primavera (RISAS), no es así…

¿Qué impresión tienes de la enseñanza de diseño en España? Lo que noto en España es que la enseñanza no me parece muy bien consolidada… ésa es mi impresión subjetiva. Como persona que trabaja en la periferia (Latinoamérica), algunas posturas de colegas españoles me han irritado; vienen a Latinoamérica contando a los latinoamericanos qué es el diseño, cuando Argentina -por ejemplo- en los 60 estaba a años luz más avanzada que España, institucionalmente y en la enseñanza del diseño. España comenzó con diseño después de la dictadura… En algunos congresos se nota, los colegas de España se comportan como si hubieran inventado la pólvora, y no es así… obviamente existen muchas afinidades culturales. A los programas de cooperación entre universidades latinoamericanas y españolas los miro con cierta cautela… por ejemplo, en esos cursos vía internet (sobre todo en el campo de la multimedia) hay una gran oferta de instituciones españolas, pero el interés predominante (ésta es una intuición mía y tal vez va a surgir polémica sobre lo que digo) de los estudiantes es obtener un título, un papel académico que ponen en un marco de oro, con un sello de una universidad española, y como ustedes saben, en la periferia, todo lo que viene de Europa ya tiene de por sí mayor valor. ¡Es tan absurda esta situación colonial! En ciertos países latinoamericanos para hacer una carrera científica como investigador tienes que ser publicado y recibes un puntaje; si publicas un artículo en una revista extranjera el puntaje en tu cv es mucho mayor que el de una publicación local. ¡Están locos! ¿Por qué? Ciertas iniciativas deberían ir más allá de un puro sello académico, porque las universidades españolas tienen más facilidades institucionales que muchas universidades latinoamericanas para acreditar ciertos títulos (un máster o un doctorado). Las imposiciones locales para hacer un curso de doctorado en Latinoamérica son muy fuertes, pocas universidades pueden cumplir con estos requisitos. Entonces, recurrir a instituciones académicas con mayor experiencia histórica (no necesariamente en el campo del diseño) es comprensible, pero uno no puede tergiversar esto e instrumentalizar el título académico… Si un diseñador opta por una carrera académica cada vez tiene que cumplir con más requisitos, sobre todo desde este protocolo de Bolonia que impusieron aquí en Europa, con un resultado que todavía hay que ver… Para optar a un cargo académico en muchas universidades es más decisivo que tengas un título de doctor a que tengas experiencia proyectual. Por tanto surgen cursos universitarios en los cuales no hay ningún docente proyectual. Es como enseñar matemáticas sin matemáticas. Se puede hacer, pero no se llega muy lejos. Y eso es un peligro… la formalización en la enseñanza universitaria en el campo del diseño, que es proyecto, proyecto, proyecto.

Te refieres a la teoría que se queda en teoría, ¿cierto? Sí. Mira, habría que eliminar esa división infeliz entre teoría y práctica. No quiero negar la legitimidad de una persona que viene, por ejemplo, del campo de la literatura o de la psicología, y comienza a especular sobre el campo del diseño, ok, pero con cautela; no pueden llegar con normativas, ahí me pongo realmente irritado. Cuando viene gente sin experiencia práctica alguna y comienza a darnos discursos sobre cómo hacer diseño. ¡Parar! ¿Con qué legitimación? ¡Con ninguna! Solamente con una aureola universitaria académica… Pero este fenómeno de la academización de la enseñanza se puede observar tanto en Latinoamérica -muy fuertemente- como aquí en Europa, y ojalá se pueda contrarrestar esta tendencia y consolidar el campo del diseño por mérito propio, sin depender siempre de préstamos y tradiciones universitarias de otras áreas. ¿Cuál es la excelencia en docencia de diseño? Excelencia en el campo científico la tenemos: se publican nuevas cosas, se producen conocimientos. Los diseñadores no producimos nuevos conocimientos, no es nuestra función, podemos hacerlo pero no es nuestra función. Nosotros producimos nuevas experiencias con espacios y acción con artefactos. Eso es diseño, y es diferente de las ciencias, diferente de las ingenierías.

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